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La Senda del Peregrino

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Hace más de veinte mil años la civilización intraterrena de Erks asume especiales aspectos de asistencia para con la humanidad de la superficie terrestre. La instrucción a buscadores y peregrinos de la Luz fue y es uno de los ofrecimientos que Erks sostiene en estos tiempos de transición planetaria.
La jerarquía Uhraúma, presente y regente en estos escritos, ofrece la Revelación de Ansenuza como parte de la asistencia a los individuos que deben asumir de modo más consciente los diversos aspectos relativos a la evacuación y el rescate. Vientos de transformación son el preámbulo de una nueva humanidad que es conducida hacia la vida cósmica; en ellos Erks vierte su Luz.

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Uhraúma y la Instrucción

Erks, como patrón vibratorio, y a pesar del trabajo gestado por la energía a través de distintas fuentes, solo nos es accesible de un modo limitado; notoriamente inferior a lo previsto para esta etapa de la humanidad. Esta limitación se relaciona al demorado estado de consciencia de la raza de superficie. La mayoría de quienes habitamos la corteza terrestre no estamos aún en condiciones de ser considerados como aspirantes a la iniciación básica. La poderosa estructura de este centro intraterreno -poderosa en términos de Energía-Luz-, está fuera del patrón energético de la masa humana que hoy atrae potentes flujos de purificación. Elementos que sean depositarios de sendos voltajes purificatorios en particular, exceden por tal motivo las condiciones de sutilización requeridas. Así, tornarse receptivos de impulsos preparatorios, es una condición que está siendo vivida bajo profundas interferencias.
Nada podemos saber o prever de aquello que la energía dispondrá. En tal sentido, los seres humanos seguimos -incluso aquellos que despiertos buscan un acercamiento a la verdad- expuestos a lo que desconocemos que ocurrirá. La diferencia podría observarse en un solo matiz: quienes hoy buscan la esencia, aún sin saber qué dispondrá la existencia para ellos, deben estar receptivos para dar a toda cuestión un elevado tratamiento. Actitud que por sí misma revelaría la presencia de energías de los planos internos extendiéndose a la materia por intermedio de aquellos individuos.
Acerca de los diversos contextos relacionados a la dimensión interior, y el entorno que surge como necesario para su desenvolvimiento y acceso, es que somos impulsados a algún tipo de profundización y difusión; por medio, en ocasiones, de libros. En el caso de este, que el lector se dispone ahora a dar tratamiento, contrastantes matices son ofrecidos. La energía que lo sustenta opera por medio de dos vertientes. Algunas de las vivencias de nuestro grupo, implantado sobre el Valle de Erks, en un centro de servicio planetario; de las que forman parte reflexiones y observaciones personales. Así como también, una gama de impulsos recibidos por vía interna cuya fuente forma parte de la civilización de Erks; en representación de la Jerarquía que rige aquel centro intraterreno. Los mismos llegaron a nuestra consciencia de un modo simple, espontáneo. En oportunidades, combinados armónicamente dentro de un marco reflexivo, así como del más puro silencio. El formato en que este material está organizado para su divulgación nos fue mostrado por vía interna.
Algún tiempo antes de que tuviéramos noticias acerca de la asunción de esta tarea escrita, habíamos percibido subjetivamente un estrechamiento de ciertos vínculos en el campo de las energías. Una de las Jerarquías de Erks, Uhraúma, fortalecía su acercamiento en un plano donde la consciencia podía empezar a diferenciarla. Nuestras experiencias, de índole silenciosa, transformadoras y armonizantes, se sucedían de un modo simple. La presencia de esta entidad de Erks llegaba a sucederse con asiduidad en el contexto de mi existencia. Por momentos, la percepción de su energía se tornaba para mí indiferenciable de la propia realidad interior.
Así fuimos orientados en el trabajo que daría comienzo. La instrucción emergida de Uhraúma era de un alto poder de síntesis. En oportunidades, parte de nuestro entrenamiento consistía en asumir, de modo “conjunto”, las charlas y estudios que se desarrollan semanalmente en el centro de servicio donde resido. Aprendíamos a hacer lugar a un ordenamiento, dentro de esas circunstancias, propio de una energía rectora con voltajes que ascendían continua y gradualmente. En aquellas etapas, algún compañero lo suficientemente receptivo, nos participó de lo que percibía como un cambio de energías en nosotros.

Cuando estos estados de fusión de consciencias estaban pasando por su ápice, se nos permitía descubrir ópticas y parámetros inéditos. Así pasábamos a entender de un modo más profundo y práctico, acerca de las energías que sustentan las situaciones propias del mundo formal. Esto nos permitía considerar, y participar de las circunstancias propias de la vida en nuestro centro, bajo una óptica para la cual -paulatinamente- el conjunto estaba siendo preparado. El que a través de alguno de nosotros esto aconteciera abría posibilidades valiosas al resto. Sabíamos que el camino que cualquiera de nosotros pudiera hollar, pasaba a ser una senda ofrecida -no solo al grupo mismo- sino a todo ser receptivo presente en este ciclo planetario.

Uhraúma instruía acerca de la Luz; sin que esa instrucción -necesariamente- hiciera continua referencia a ella. Uhraúma, de modo altamente práctico, mostraba aquello que el ser puede realizar cuando no pierde el rastro del eterno ofrecimiento lumínico del que se torna destinatario. Como consciencia, se donaba cual testimonio de aquello que -aun pasando desapercibido para la mayoría- era la verdad de la esencia revelándose; despertando en los espejos internos de una gran cantidad de individuos rescatables el llamado hacia la vida cósmica. Su energía, si bien podría señalarse como principal dentro del contexto de estos escritos, también operaba con otras fuentes - a modo de entidad- con armonioso sincronismo.
Los acontecimientos descritos guardan consecutividad cronológica dentro de algunos segmentos, pero no a lo largo de toda la obra. La organización de estas páginas debe ser considerada con base en los ciclos internos que, tanto nuestro grupo, como la mayoría de aquellos a quienes están destinados, transitan o se disponen a transitar.

Fragmento del libro La Senda del Peregrino, Erks y la revelación de Ansenuza, Daniel Gagliardo.>

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