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Colección Cuadernos, La Luz del Peregrino

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Luz del Valle pone a disposición de los lectores un extenso trabajo de editorialización de las charlas y estudios brindados por Daniel Gagliardo. Un profuso y enriquecedor trabajo grupal ha permitido desgrabar, resumir y pasar a formato literario la esencia de estos encuentros. Desde el cuaderno número uno, dedicado a La Entrega, el lector podrá contar con un esclarecedor material de estudio y consulta. Esta serie coleccionable y de características inéditas, está destinada a ofrecer un armonizante acompañamiento a aquellos seres que buscan profundizar la actual transición terrestre en comunión con las renovadas energías cósmicas que hoy conducen nuestro planeta hacia la Ley Evolutiva Superior.

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¿Qué es lo primero que se evidencia cuando damos los primeros pasos por esta filosofía cósmica para la nueva humanidad?
Lo primero en evidenciarse es la presencia de pruebas, inéditas, desconocidas para quien deberá enfrentarlas como parte de un proceso de transformación, de purificación. El ser tendrá que estar dispuesto a aprender y a percibir el significado del servicio, a redimensionar, si ya tuviera alguna noción, las implicancias de la asistencia al Plan Evolutivo. Llegando a la instancia de enfrentar pruebas que otros, la mayoría, no podrían enfrentar.
Cuando un ser se abre, es tocado por la comprensión de una nueva filosofía. Entra en un estado de resonancia con los ciclos internos estipulados por aquella instancia evolutiva; y estos buscarán imponer a su consciencia lo correspondiente para ese momento. Su consciencia psíquica se aproxima a la vida interna y al ir concretando esa aproximación, encontrará experiencias hasta ese momento desconocidas, empezará a comprender cómo aquello, no conocido, de forma inédita le es ofrecido para asumirlo.
Cuando conscientemente, por primera vez, el ser se abre a esta nueva filosofía, va reconociendo en las pruebas ofrecidas por la vida material, sobre las cuales deberá accionar, la identidad interna que sustenta esta vida en los planos externos. Observará todo aquello como un ofrecimiento guiado por la ley interna.
Si un ser, abriéndose a una nueva filosofía, ensayara en su vida solamente más de lo mismo, sin transformación de aquello que viniese experimentando, deberá rever si aquella filosofía no es solo la letra muerta, algo factible de ser impreso en un papel, o discursado, pero con discapacidad para tender un puente hacia la esencia de la verdad.
Vivir una nueva filosofía, adherir a lo inédito, es expresar la transformación de contactar la frecuencia vibratoria de los pulsos ocultos, subyacentes, ofrecidos por esa nueva filosofía. Si un ser no se transformara, en la misma medida que penetra y profundiza lo ofrecido por esa nueva vertiente, permanecerá estancado en la superficie, en el revestimiento de aquella energía. Aún no habrá podido dar con la esencia presente en aquel patrón vibratorio.
Si cualquiera de nosotros, abierto a los nuevos impulsos que la Vida Única está colocando en este ciclo de transición tan particular del planeta, estuviera ante eso sin poder avanzar, sin poder salir de una posición detenida, debería osar y con coraje replantearse todo. Debería aprender a darse cuenta de su situación de encapsulamiento. Percibiendo las interferencias que una gran cantidad de capas o elementos inservibles generan, logrando así estancarlo en una posición determinada. Posición en la cual se encuentra convencido ilusoriamente de su compenetración de la verdad, la energía y el cosmos. Estando aún distante la entrega que abrirá caminos hacia una vivencia práctica de la comprensión espiritual de la realidad.
La vida cósmica es vida en simplicidad. La vida espiritual, espejo de la vida cósmica, es vida en simplicidad. El toque del alma en la consciencia es vida en simplicidad. Si no podemos entender esto, vivirlo, comprobarlo, estaríamos sumidos en una ilusión y en un encapsulamiento. Una nueva filosofía siempre estará ofreciendo una nueva posición a la consciencia. Aquel ser volcado al tratamiento de una nueva filosofía, deberá estar atento acerca de su propio estancamiento; concretar un proceso humilde de autoconocimiento, aprender a estar en una nueva posición en consciencia.

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